sábado, 7 de enero de 2012

En tiempos de desdicha y sufrimiento, te abrazaré, te acunaré y haré de tu dolor el mío. Cuando tú lloras, yo lloro, cuando tú sufres, yo sufro. Juntos intentaremos contener el torrente de lágrimas y desesperación, y superar los misteriosos baches de la vida.

Te amo.
Entonces yo les comento que vos derrochas dulzura,
y ese rasgo en tu hermosura, produce una envidia sana.
(Menos mal que no les cuento lo que hacemos en la cama)
Me enloquece tu mirada, me atropello con tus labios y entre salivas resbala el mensaje de los sabios.
Tus ojos entrecerrados parecen mirar lo eterno. Rodando desaforados burlamos noches de invierno.
Hola, ¿qué tal? Buenos días.
Vengo a hacer mi declaración.